Comprar una vivienda por primera vez es un sueño que todos tenemos. Pero desgraciadamente no es algo que podamos hacer cuando queramos. Para afrontar esta inversión, tenemos que tener una solvencia y/o estabilidad económica que nos permita pagar la vivienda en el momento o abonar durante un largo período de tiempo las cuotas de un préstamo.
Y es que una de las formas más habituales de pagar una casa es a través del préstamo hipotecario que conceden los bancos. Sin embargo, para poder disponer de esta ayuda, las entidades bancarias establecen unos requisitos mínimos que tenemos que cumplir.
En Inmobiliaria Casablanca te explicamos estas condiciones que suelen ser comunes para todas las entidades bancarias. Recuerda que nosotros también te podemos ayudar a encontrar la hipoteca que mejor se adapta a tus características económicas.
1- Tener ciertos ahorros
Al comprar una vivienda, debemos pagar íntegramente el importe de la misma y los gastos aparte que supone la gestión de la compraventa y la hipoteca. Podríamos pensar que basta con tener dinero ahorrado para pagar estos gastos y que el precio de la casa lo paga la hipoteca, pero no es así.
Por regla general, el banco solo nos concede el 80% del valor de la vivienda, por lo que el 20% restante tiene que salir de nuestro bolsillo. Si a ello le añadimos los gastos anteriormente citados, tenemos que disponer por lo menos, del 30-35% del valor total de la vivienda.
2- Conseguir el 80% del valor de la vivienda
Como decíamos, el banco suele ofrecer el 80% del valor de la vivienda (en muy raras ocasiones ofrece el 100%). Pero hay que tener en cuenta que este porcentaje lo calcula del precio más bajo entre el precio de venta o el de tasación del inmueble.
Por ejemplo, si la vivienda que queremos adquirir tiene un precio de venta de 150.000€ y el de tasación es de 130.000€, el préstamo se calculará sobre el precio de tasación. Por eso, también es importante contar con ese dinero ahorrado del que hablábamos.
Pero el préstamo del 80% solo se aplica a la primera vivienda. En caso de que compremos una segunda vivienda, el porcentaje puede bajar hasta el 60%.
3- Dedicar parte de los ingresos a pagarla
Para que un banco conceda un préstamo hipotecario, también se fija y estudia los ingresos que disponemos. Por eso, tanto la nómina como cualquier otra fuente de ingresos (rentras de una casa alquilada, etc.) deben ser suficientes para hacer frente a los pagos de la hipoteca.
Por lo general, las entidades bancarias establecen que son aptos para el préstamo los clientes que pueden permitirse un endeudamiento de entre el 30 y el 40% de sus ingresos. Para ello tienen en cuenta los ingresos de la unidad familiar, es decir, si es una pareja los ingresos de ambos y si es una única persona solo los suyos.
Por otra parte, la estabilidad laboral también es un punto a favor a la hora de conceder el préstamo hipotecario. Es más sencillo conseguirlo si tenemos un contrato de trabajo indefinido en vez de un trabajo temporal.
4- Contar con fondos suficientes o un aval
En el caso de tener un trabajo temporal o unos ingresos que no sean suficientes, las entidades bancarias pueden solicitar un aval que sirva de respuesta ante las posibles deudas que se contraigan. Por ejemplo, puede ser una propiedad o, en el caso de no contar con propiedades o fondos, se puede utilizar a otra persona de confianza como avalista que responda con parte de su patrimonio.
También tener un fondo de dinero ahorrado que no se utiliza para la vivienda puede servir como aval.
5- El historial de crédito
Por último, las entidades bancarias también tienen en cuenta la relación que hemos tenido con el banco hasta el momento. Si ha sido buena tendremos más puntos a favor para que nos concedan la hipoteca.
Por ejemplo, si no hemos tenido deudas y hemos pagado todo a tiempo en otros créditos, no aparecemos en listas de morosos, etc., el banco tendrá una mayor seguridad para cobrar frente a un historial deudor.